¿Qué es la moralidad y por qué es importante desde la infancia?
La moralidad es la capacidad de distinguir entre lo que está bien y lo que está mal, y actuar de acuerdo con ciertos valores, normas y principios. Aunque muchas personas asocian la moral con la edad adulta, los primeros años de vida son fundamentales para su formación.
Durante la educación inicial (de 0 a 6 años), los niños comienzan a desarrollar una base ética que guiará sus decisiones futuras. Esto ocurre no por enseñanzas abstractas, sino a través de la vivencia cotidiana, las relaciones afectivas y la experiencia concreta.
¿Cómo se desarrolla la moralidad en la infancia?
El desarrollo moral en la niñez no es automático ni innato. Implica un proceso progresivo en el que el niño:
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Aprende a identificar emociones en sí mismo y en los demás.
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Comprende reglas y límites.
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Desarrolla empatía.
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Forma su sentido de justicia y responsabilidad.
En esta etapa, los niños no razonan como adultos, pero sí imitan conductas, hacen preguntas sobre lo justo y lo injusto, y se preocupan por el afecto y la aceptación.
¿Cuál es el rol del docente en la educación moral?
El docente es una figura clave en este proceso. No se trata de dar sermones o imponer normas rígidas, sino de:
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Ser un modelo de comportamiento ético y respetuoso.
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Guiar con afecto y coherencia.
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Fomentar el diálogo y la reflexión desde lo cotidiano.
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Establecer límites claros con explicaciones comprensibles.
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Promover valores como el respeto, la solidaridad, la honestidad y la responsabilidad a través de juegos, cuentos, rutinas y conflictos reales.
Estrategias prácticas para educar la moralidad en el aula:
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Cuentos con valores: Leer historias que muestren situaciones morales y luego conversar con los niños sobre lo que harían ellos.
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Rincones de resolución de conflictos: Espacios donde los niños pueden hablar de lo que sucedió y buscar soluciones justas juntos.
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Juegos de roles o dramatizaciones: Representar situaciones donde se practiquen normas y valores.
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Asambleas infantiles: Reuniones grupales para dialogar sobre lo que está bien, lo que molesta y cómo mejorar la convivencia.
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Refuerzo positivo: Reconocer verbalmente cuando los niños actúan con empatía, cuidan a otros o respetan las reglas.
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